Nació en 1910. Fue presidente de la República entre 1958 y 1964. Siendo estudiante comenzó a impartir clases en la Escuela Nacional de Maestros de Toluca y escribía en el periódico.
Fue secretario particular del gobernador del Estado de México, presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR), y llegó a ocupar la secretaría general del comité del PNR en el Distrito Federal.
Fue interventor del Banco Nacional Obrero y en 1952 dirigió la campaña presidencial de Adolfo Ruiz Cortínez, en cuyo Gobierno fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales (1952-1957). El 4 de noviembre de 1957 se anunció su candidatura a la presidencia de la República y fue elegido en julio de 1958.
Adolfo López Mateos tomó posesión el 1 de diciembre de 1958. Como al inicio de su gobierno aún perduraba el conflicto de los ferrocarrileros y la represión sólo había agravado la magnitud de los problemas, optó por una política que resolviera el descontento laboral a través de medidas para elevar el nivel de vida de los trabajadores. Propició el alza salarial, medida que benefició especialmente a los obreros de la rama industrial y a los empleados de las paraestatales, o empresas propiedad del Estado. Además no se permitió que tomaran fuerza los dirigentes sindicales que no hubieran demostrado lealtad al gobierno. Sin embargo también hubo cierta apertura: se creó una nueva central obrera, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).
A causa de los conflictos agrarios de 1958, López Mateos cambió la política en ese sector. Durante su gobierno se repartieron más de 16 millones de hectáreas y se organizaron ejidos ganaderos en varios estados del país.
A pesar de las medidas sociales, el gobierno de López Mateos empleó "mano dura" en algunos casos. Por ejemplo, el pintor David Alfaro Siquieros fue encarcelado durante años por haber criticado al gobierno de México en países que el presidente planeaba visitar en giras.
En el terreno político destacó la ley electoral que permitió a los partidos de oposición reconocidos ostentar algunas diputaciones. Era suficiente que el partido en cuestión obtuviera un porcentaje mínimo del total de la votación para quedar representado en el Congreso de la Unión.
Por lo que se refiere a la educación, se instituyó la gratuidad de los libros de texto para la escuela primaria. Algunos sectores se opusieron a esta medida porque les parecía distinguir en ella la voluntad del gobierno de socializar la educación y consideraban exagerada la interferencia del Estado en la formación ideológica de los niños. De igual manera hubo creación de muchas escuelas particulares.
En el sector público invirtió, básicamente, en petroquímica, electricidad, siderurgia y asistencia social. En este rubro destacó la creación del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Para coordinar la inversión pública se creó la secretaría de la Presidencia y al poco tiempo comenzaron a surgir planes de desarrollo. La industria manufacturera quedó en manos de empresarios privados, nacionales y extranjeros. No obstante, la dependencia de la tecnología extranjera fue en creciente aumento. En la agricultura, durante el gobierno de López Mateos sólo se prestó atención al cultivo de maíz y frijol, productos muy ligados a la política de estabilidad de precios que se buscaba.
En el momento de la sucesión, dentro del PRI había dos posibles candidatos: Gustavo Díaz Ordaz, secretario de Gobernación, y Donato Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia. López Mateos se inclinó por Ordaz pues le parecía más adecuado para proseguir la política estabilizadora que él había propiciado.
Fue interventor del Banco Nacional Obrero y en 1952 dirigió la campaña presidencial de Adolfo Ruiz Cortínez, en cuyo Gobierno fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales (1952-1957). El 4 de noviembre de 1957 se anunció su candidatura a la presidencia de la República y fue elegido en julio de 1958.
Adolfo López Mateos tomó posesión el 1 de diciembre de 1958. Como al inicio de su gobierno aún perduraba el conflicto de los ferrocarrileros y la represión sólo había agravado la magnitud de los problemas, optó por una política que resolviera el descontento laboral a través de medidas para elevar el nivel de vida de los trabajadores. Propició el alza salarial, medida que benefició especialmente a los obreros de la rama industrial y a los empleados de las paraestatales, o empresas propiedad del Estado. Además no se permitió que tomaran fuerza los dirigentes sindicales que no hubieran demostrado lealtad al gobierno. Sin embargo también hubo cierta apertura: se creó una nueva central obrera, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).
A causa de los conflictos agrarios de 1958, López Mateos cambió la política en ese sector. Durante su gobierno se repartieron más de 16 millones de hectáreas y se organizaron ejidos ganaderos en varios estados del país.
A pesar de las medidas sociales, el gobierno de López Mateos empleó "mano dura" en algunos casos. Por ejemplo, el pintor David Alfaro Siquieros fue encarcelado durante años por haber criticado al gobierno de México en países que el presidente planeaba visitar en giras.
En el terreno político destacó la ley electoral que permitió a los partidos de oposición reconocidos ostentar algunas diputaciones. Era suficiente que el partido en cuestión obtuviera un porcentaje mínimo del total de la votación para quedar representado en el Congreso de la Unión.
Por lo que se refiere a la educación, se instituyó la gratuidad de los libros de texto para la escuela primaria. Algunos sectores se opusieron a esta medida porque les parecía distinguir en ella la voluntad del gobierno de socializar la educación y consideraban exagerada la interferencia del Estado en la formación ideológica de los niños. De igual manera hubo creación de muchas escuelas particulares.
En el sector público invirtió, básicamente, en petroquímica, electricidad, siderurgia y asistencia social. En este rubro destacó la creación del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Para coordinar la inversión pública se creó la secretaría de la Presidencia y al poco tiempo comenzaron a surgir planes de desarrollo. La industria manufacturera quedó en manos de empresarios privados, nacionales y extranjeros. No obstante, la dependencia de la tecnología extranjera fue en creciente aumento. En la agricultura, durante el gobierno de López Mateos sólo se prestó atención al cultivo de maíz y frijol, productos muy ligados a la política de estabilidad de precios que se buscaba.
En el momento de la sucesión, dentro del PRI había dos posibles candidatos: Gustavo Díaz Ordaz, secretario de Gobernación, y Donato Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia. López Mateos se inclinó por Ordaz pues le parecía más adecuado para proseguir la política estabilizadora que él había propiciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario